Cualquiera que me escuche, o lea, va a pensar que me gusta quejarme. No es así.
Déjame que me explique y luego me dices que piensas. ¿Te parece?
Desde que dejé mi trabajo aburrido de oficina en octubre del 2016 he viajado durante un mes a Japón, una escapada a Escocia, he cumplido un sueño durante un mes en Nepal y he viajado durante un mes por Corea del Sur y Japón. Todo eso sin contar las escapadas por España repartidas mes a mes.
Te voy a ser sincera, cada viaje que he hecho en este tiempo lo he disfrutado menos que el anterior.
En estos viajes tengo que planear (casi) al detalle qué haré cada día a cada hora para aprovechar al máximo el tiempo pasado en ese destino. Esa presión por organizar el viaje y vivir el destino en X días hace que no lo disfrute.
Cada lugar que visito me parece que merece más que las horas, días o semana que le dedico. Hay tantas cosas por ver, descubrir y disfrutar…
¿Me gusta viajar? Por supuesto, ¡me encanta! El problema es que actualmente estoy viajando de una manera que no me gusta: con una fecha de ida y otra de vuelta.
Cuando dejé mi trabajo era con una firme promesa a mi misma: hacer un viaje de solo ida. No se de qué manera iba a suceder ese viaje: en furgo, avión, en bici, a pie. Créeme, Rubén y yo hemos llegado a contemplar todas esas opciones. La cuestión es que ese viaje no ha sucedido y sigue sin ser real.
Así que ahora mismo me encuentro en una extraña posición: No quiero viajar más. No quiero hacer una escapada o comprar otro billete de ida y vuelta porque eso no es lo que quiero.
Cada vez tengo más impulsos locos de mirar en Skyscanner cual es el destino de “solo ida” más barato y comprar el billete al momento. Por ahora ese impulso no se ha hecho realidad, tengo a Rubén como persona cuerda que me frena a ello.
Los dos queremos hacer ese ansiado viaje: viajar lento sin saber cuando volveremos a casa. Pero, ¿qué es casa? Para mi, casa es cualquier lugar del mundo el cual me haga sentir cómoda y donde pueda disfrutar y trabajar a la vez.
¿Qué nos frena a comprar esos billetes de solo ida? El miedo dividido en dos factores:
No sabemos si el viajar indefinidamente está hecho para nosotros, tampoco si los dos sabremos adaptarnos a ello o si sabremos trabajar mientras viajamos. Aún así queremos intentarlo. No sabremos si este deseo que tenemos es “lo nuestro” si no lo probamos.
Por otro lado, cuando emprendamos el viaje queremos hacerlo de verdad. Queremos coger el avión de solo ida y volver porque nos hayamos cansado o tengamos morriña de ver la familia. No queremos volver por falta de dinero. Y ese es un miedo que siempre persiste. Seguimos esperando tener un ingreso fijo al mes que nos de estabilidad económica. Como eso, por ahora, no existe tenemos miedo de emprender el viaje y fracasar en el intento.
Así que sí, quiero más que una escapada por Europa.
Quiero más que un viaje de quince días.
Quiero más que un viaje de un mes.
Y tu, ¿quieres más que un viaje en tus vacaciones de verano?
Me da muchísima pena leerte. Comencé a seguir GTMdreams hará un año y medio por lo identificada que me sentía con vosotros y por la valiente decisión de dejar el trabajo estable par a dedicarse a la vida nómada.
Yo he estado un año preparándome para irme a probar eso de vivir viajando, tengo un billete de sólo ida comprado para octubre, así que entiendo todos tus miedos. Pero hay dos cosas importantes:
1. Hasta que no lo intentes, nunca sabrás si puedes o no con ello. Y si nunca lo intentas esta frustración que sientes te va a seguir siempre.
2. Los viajes -y prácticamente cualquier cosa- no “suceden”, se crean. Quizás hayáis establecido un plan erróneo para vuestros objetivos, y sólo haya que cambiarlo un poco.
Creo que se me ha ido de las manos este comentario, vaya parrafazo xd
En fin, si necesitas compartir miedos, reflexiones, ilusiones o inseguridades con alguien y desahogarte, puedes escribirme 🙂 Me encantaría hablar contigo, porque yo me sentía así y lo pasé fatal fatal.
¡Un saludo!
¡Hola Marta! Mil gracias por tu comentario 🙂
Realmente al final todo es un cúmulo de cosas. En parte miedo, luego está el no tenerlo todo atado y la estabilidad a la que nos acostumbran. Al final nos decantamos por hacer un año de viajes de ida y vuelta largos en vez de un viaje de solo ida :/ ¿Error? En ese momento no nos lo parecía pero ahora si jaja Ahora puedo afirmar que en 2 meses me voy, no se donde ni como pero lo haremos. Basta ya de dar tumbos. Como dices, se tiene que probar sino nunca sabremos qué queremos.
¿Cuando vais para Nueva Zelanda? ¡Muchas felicidades! De verdad, sois unos valientes.
Un abrazo
Volamos a tierras neocelandesas el dieciséis de octubre de este año (o sea, que a mi también me quedan algo más de dos meses para irme). Por cierto, yo creo que si se aprende, nada es un error, aunque se haya aprendido a través de una mala experiencia. Saber lo que NO se quiere nos acerca más a lo que sí y a nosotros mismos, a conocerte más y mejor. Que esto sirva para que tus ideas y deseos tengan más fuerza. Quizás hayas necesitado este mal trago para tener más fuerzas para lo que te está por llegar.
Y de valientes nada, que yo soy un saco de miedos andante jajaja pero bueno, habrá que intentarlo.
Ánimo y un abrazo!
Hola Marta. ¡Que bien! Nueva Zelanda está en nuestros deseos viajeros pero aún no lo ha llegado el momento. Hombre error no ha sido. He disfrutado como una niña los viajes por Nepal, Corea y Japón. ¡No me quejó! Pero sí que es cierto que ahora que ya vemos el momento de irnos sin fecha de vuelta, la impaciencia ¡crece! Espero que podamos seguir en contacto a ver como va vuestro viaje de solo ida y el nuestro, una vez los empecemos 😀 ¡Un abrazote!
Patri, solo puedo decirte que lo hagas. Nunca hay un momento perfecto para hacerlo, pero si hay algo seguro es que la vida pasa y un día te arrepentirás si no te lanzas (os lanzáis). Es normal tener miedos, pero plantéate una cosa: ¿qué pasa si la vida nómada no es para vosotros? En realidad tiene una solución muy facil: comprar otro billete de avión, esta vez, a casa. Yo lo he probado un poco a medias, porque me fui con un billete sólo ida pero en realidad tenía fecha de caducidad (6 meses). Ganarse la vida como nómada es difícil, pero al menos date la oportunidad de intentarlo. Trabajos de oficina hay muchos ;). ¡Besos!
¡Hola Estela! Ay el miedo que no nos deja hacer lo que queremos cuando queremos. La vida de nómada digital ya la llevamos, aunque sea a medias, pero parece queremos tener todo al 100% atado y estable para dar el paso. Cualquier día de estos me presento con los billetes comprados ¡ya verás! jaja un abrazo